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martes, 1 de diciembre de 2015

La Experiencia de la Vida

RELACIÓN ENTRE ESTÉTICA Y MÚSICA EN PLATÓN Y ARISTÓTELES

Por: Andrés Ricardo Díaz Abril

¿Es el arte y la belleza los objetos de la investigación en la estética? Como cunado un hombre se acerca a un reloj y no conoce su funcionamiento, así la estética como disciplina filosófica da sus primeros pasos. ¿Qué definición es correcta para tal concepto? ¿Qué otros conceptos van ligados a esta disciplina filosófica? Al igual que aquel reloj que ese hombre inexperto desea conocer, así, a través de la historia, el hombre ha intentado conocer lo bello de su vida, del mundo, de toda creación humana que se ha producido, entre ellas la música.
A lo anterior se generan varias preguntas, algunas de ellas son: ¿la estética tendrá alguna relación con el arte?, ¿el arte se relaciona de alguna forma con la naturaleza? Y, en el caso de la música, ¿es esta un arte?, ¿Qué la hace ser bella? Para responder de manera clara estas preguntas, en un primer momento, se debe tener una definición clara de estética,
Sin embargo, se han evidenciado múltiples definiciones de estética a través del desarrollo de la historia. Esto concluye en una nueva pregunta, que se debe responder antes de solucionar el problema principal: ¿Qué debe entender por estética? Según Baumgarten, “atribuye a la estética la comprensión y explicación del proceso cognitivo que tiene lugar a través de la sensibilidad en su manifestación y forma característica: el gusto” (Ocampo, 2003, pág. 23). Y para Kant, la estética es un producto de la razón ilustrada y está ligada al destino de esta razón. Lo anterior afirma el objeto de la estética, el cual es: “la investigación del arte y la belleza” (Ocampo, 2003, pág. 24).
No obstante, una definición tan general como es la expuesta en el párrafo anterior acerca del objeto de la estética se ve influenciado por el contexto socio-cultural. Se da un objeto basado en la Ilustración europea para que abarque al mundo; sin considerar los aspectos culturales e históricos que varían. Ejemplo de ello es que existen sociedades distintas a la europea desde su concepto o entendimiento de estética; se desarrolla sin contar con los conceptos y los términos de arte y belleza, o aquellas culturas que desarrollan el arte sin contar con un concepto de belleza (Ocampo, 2003).
Lo expuesto anteriormente, lleva a una segunda pregunta: ¿es necesario que exista entre la belleza y el arte una relación? Al partir de la definición de arte que en un primer momento puede ser relacionada con la estética en cuanto la primera se da por medio de una “función estética de desarrollo hasta construir una tradición sólida” (Ocampo, 2003, pág. 25).
Por otro lado, si se reduce el arte a sólo manifestaciones sensibles, se podría caer en un error al afirmar, como lo hace Formaggio: “arte es todo aquello a que los hombres llaman arte” (Ocampo, 2003, pág. 25), al afirmar tal idea se presenta un proceso de estetización de todo aquel fenómeno que no es concebido, desde un primer momento, como arte.
 Para Platón, el arte puede relacionarse con el ascenso al bien a través de la belleza, presentando un carácter propedéutico hacia el bien y la verdad. La Belleza está relacionada con lo sensible, que es el punto por el que el ser humano se abre al mundo en el primer contacto con la doxa (opinión) (Ocampo, 2003).  En Aristóteles, el arte es la relación entre la belleza del alma y la belleza de la polis; entendiendo como belleza el estímulo que permite la conexión con la physis, ésta debe gobernar tanto el alma como la polis.
Por lo tanto, algo bello es valioso en sí mismo, independiente de su utilidad y que agrade. Presenta tres principios para conocer lo bello: “taxis, relación armoniosa entre las partes, symetria¸ proporción entre las partes; y to horisménon, adecuación del conjunto a su magnitud” (Ocampo, 2003, pág. 27). Tanto para Platón como para Aristóteles, el arte es una actividad poyética cuyo fin es proyectar una obra que sea mymesis (representación) de algo, por medio de la técnica.
Así, el arte, en estos dos autores, muestra lo esencial, que puede extraerse de la multiplicidad de cosas existentes, un ejemplo de ello es la tragedia, la cual imita modelos morales, la mymesis trágica da a conocer una textura ética del cosmos, entendiéndolo como orden y verdad, la belleza se relaciona con la proporción y la simetría.
Teniendo en cuenta esta definición de arte y de belleza, ¿cómo se podría relacionar la música con la estética? En primer lugar, la música tiende a una representación (mymesis) de una experiencia sensible y/o una mymesis trágica. Para ser comprendida dicha experiencia sensible, debe ser organizada, tener una simetría y coherencia para que al ser comprendida también pueda explicarse su proceso cognitivo y genere un gusto para el ser humano. La música es un arte en el sentido de ser una mymesis de algo, que relacione la belleza del alma y la belleza de la polis que se conecta con la physis, la Naturaleza.
Con respecto al orden y la coherencia, la música posee cualidades que ayudan a la conformación de estas dos; dichas cualidades son la melodía, la armonía y el ritmo, estas tres fusionadas correctamente, llevando en sí un orden y una métrica correcta generan un gusto al ser comprendida por el individuo que la escucha.
Ahora bien, todo arte es creado por el hombre que desea expresar su comprensión del mundo y desea que los otros lo entiendan y se relacionen con su creación, entendiendo por este concepto no como algo que sal de la nada, sino como la construcción de algo nuevo que sale de algo que ya existe. La música genera lo anterior al querer representar la experiencia sensible del ser humana en un orden y una coherencia.

Referencias

Ocampo, E. (2003). El fenómeno estético. Estética de la naturañeza, del arte y las artesanías. En R. Xirau, & D. Sobrevilla, Estética - Enciclopedioa Iberoamericana de Filosofía (págs. 23 - 41). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC.


FAMILIARIDAD E INNOVACIÓN DE LA FILOSOFÍA DE HEGEL

Por: Andrés Ricardo Díaz Abril

Al hablar de Idealismo Alemán nos encontramos con un concepto extremadamente amplio, que la mayoría de las personas que la distinguen suelen reducirla a la filosofía o pensamiento expuesto por Hegel. Dicha corriente filosófica la enriquecen varios autores. No obstante, ¿Qué es lo diferente en el pensamiento o en el aporte que Hegel hace a la filosofía?
Cada filósofo que aparece o surge a través del tiempo, enriquece y aporta a las características de la filosofía. Como en forma de introducción al tema, se puede afirmar que Hegel basa su filosofía en los problemas concretos con que se enfrentó en su tiempo. Como todos los filósofos idealistas de la época, va a poner como base del conocimiento o de la ciencia al “yo”, o mejor, al “ego”. No obstante, ¿cómo diferenciar el sistema que propone Hegel de los demás idealistas?
Para tratar de darle una posible respuesta a este interrogante, en primer lugar se debe dar una definición de lo que se entiende por idealismo, especialmente por “idealismo alemán”, luego exponiendo los conceptos transversales o que tienen en común estos filósofos, para llegar a exponer sus diferencias y terminar con el desarrollo del sistema planteado por Hegel.
Así, a diferencia del realismo que expone la existencia de las cosas, que son y tienen esencia (García Morente, 2005), el idealismo  expone un punto de vista exigente para las actitudes ingenuas del ser humano. La idea se concibe como contenido de la mente; esta corriente filosófica pone en duda todo lo que en el mundo se percibe, en donde el fundamento del conocimiento no está en la cosa (objeto) sino en el sujeto, en este caso el “ego”, este es la garantía de una filosofía del pensar.
El idealismo alemán se caracteriza por darse cuenta que para llegar al conocimiento se necesita de la experiencia y la razón, aunque prevalece la razón. Al mismo tiempo que surge como intento de superar el pensamiento crítico Kantiano, sobre todo en la Crítica de la Razón Pura. Para el idealismo sólo existe el sujeto, su actividad y el conocimiento que adquiere de sí mismo. El sujeto determina la forma y el contenido del conocimiento: todo lo que es real, es racional y al mismo tiempo cognoscible (BELAVAL, 2005).
Por lo tanto, es el idealismo absoluto la afirmación según la cual el sujeto es fuente de sí mismo y del mundo; conoce la totalidad de lo real. Al mismo tiempo, al absoluto de Schelling, Hegel lo sustituye con la realidad fundamental, el espíritu o la idea; para este filósofo la realidad es la realización de toda la historia humana, es decir,la razón se apropia de toda la realidad, ya que aquella, la razón, se realiza en la historia. Cree que la realidad es inteligible, que en un sentido se va manifestando en los acontecimientos y que la historia humana progresa hacia un fin, ese fin consiste en que el espíritu se realice libremente. Es de esto que surge el “idealismo” de Hegel, que consiste en la fe en el espíritu.
Por otro lado, en desarrollo de esta corriente filosófica que es el idealismo, se evidencian varios significados del mismo concepto que relaciona a cada autor o que los diferencia. Este  es el sujeto o el ego, es el fundamento de todas las cosas: es la base o la estructura para construir el conocimiento.
El Sujeto, en Descartes, es un yo pensante, es decir, si todo conocimiento es básicamente la relación entre un sujeto y un objeto, y si para conocer un objeto se necesita un sujeto capaz de conocerlo, es preciso partir de la base de la existencia de un sujeto, Este ego tiene pensamientos o contenidos y posee una certeza sobre ello, pero debe preguntarse si sus contenidos son o no legítimos. Por lo tanto, el Sujeto es la estructura y/o cimientos para construir el conocimiento. Esta idea hace que el sujeto sea una cosa que piensa (res cogitans)  y a partir de ahí se podrá conocer todo lo demás; debe ser consciente de que existe un mundo extramental.
Más adelante, Kant define al Sujeto como un sujeto trascendental o comunicacional, ello significa que le da forma a la realidad que quiere que el mundo vea, en otras palabras: el Sujeto constituye la realidad, le da forma y nos la entrega. Es el Sujeto trascendental de Kant quien pone las condiciones de posibilidad para conocer lo que percibe del objeto. No obstante, para este filósofo, el Sujeto no alcanza a conocer a la cosa en sí (noúmeno): lo que no aparece dentro de la conciencia del Sujeto, sólo puede conocer lo que se le presenta del objeto, de la cosa en sí por medio de sus sentidos, lo que Kant llamará el Fenómeno. Dicha afirmación concluye que el conocimiento no depende simple y solamente del Sujeto, sino tanto Sujeto y objeto se correlacionan; existe una relación indisoluble entre el Sujeto y el fenómeno. de lo anterior se encarga la filosofía. Pero, ¿Qué pasa con la cosa en sí (el noúmeno)? De este se encarga la Metafísica: de lo que no se es posible conocer por medio de la Razón pura.
Luego de exponer el Sujeto Pensante de Descartes y el Sujeto Trascendental de Kant, se debe pasar al centro de este escrito: la filosofía de Hegel: su familiaridad y su innovación frente a los anteriores pensadores idealistas. Para ello se debe hablar de la definición del concepto que es transversal en este escrito: del Sujeto. Para Hegel, este es un Sujeto Histórico. Para entender esta afirmación de este filósofo es necesario explicar su pensamiento.
El objetivo principal de Hegel es “contribuir a que la filosofía se aproxime a la forma de la ciencia” (Hegel, G. W. F., 1971), es decir, de ser la filosofía el fundamento de las ciencias, Hegel pretende convertirla en la ciencia misma. Para conseguir llegar a dicho objetivo se necesita de un Sujeto que trascienda la individualidad y sea capaz de adquirir el conocimiento universal, esto sólo se logra gracias al cambio histórico, sólo de esa forma se es capaz de llegar a alcanzar la RAZÓN, el todo. Es a través de la historia humana se va haciendo la verdad, ya que esta no está dada, depende de una época y no de un individuo. Por lo tanto Hegel concibe la Verdad como dándose en la historia, necesita de la historia para que sea posible.
Es por eso que surge una conciencia de la época, los cambios en la historia son diacrónicos, deben encajar y por lo tanto al expresarse la verdad se expresa el movimiento de la libertad. Dicho movimiento es una Dialéctica definida como progreso histórico: La historia es un desarrollo permanente, y este es un desarrollo dialéctico que se da por medio de afirmaciones, negaciones y superaciones de las negaciones para llegar a una CONCILIACIÓN (BELAVAL, 2005).
Gracias a lo expuesto en el párrafo anterior, se puede concebir a la historia  como el desarrollo autoconsciente de Espíritu Absoluto representado por el sujeto, en la medida que se va dando forma a través de la historia. El Espíritu Absoluto se hace presente gracias al hombre que se encuentra haciendo su historia, logrando que la RAZÓN se apropie de toda la realidad, porque la realidad es la realización de la historia humana, o sea, el hombre (Sujeto) es lo que hace (la Historia) y con ésta desea encontrar su libertad (la del Sujeto) y el de su pensamiento.
Esto se puede resumir en lo que Hegel afirma: “Todo lo real es racional, y todo lo racional es real” (HEGEL, 1993, pág. 54). Toda la realidad es la expresión de la razón que se desarrolla, que se constituye a lo largo de esa realidad. La razón se realiza en la historia; la razón es real, no es subjetividad, es historia y ésta es racional.
Para terminar, Hegel hace que la filosofía ya no sea un sistema de esencias y de verdades eternas, sino que la convierte también en la historia comprendida, pone como etapa final de la filosofía la verdad. Se encuentra en la unión del movimiento lógico de las esencias y del devenir histórico. Por estos dos caminos la idea y el espíritu se han realizado en su verdad.

Trabajos citados

BELAVAL, Y. (2005). Historia de la Filosofía siglo XXI N. 07: "la filosofía alemana de Leibniz a Hegel". México D. F. : Siglo XXI Editores.
García Morente, M. (2005). Lecciones preliminares de Dilosofía. Bogotá D. C. : Ediciones Universales.
HEGEL, G. (1993). Filosofía del Derecho. Buenos Aires: Claridad.
Hegel, G. W. F. (1971). Fenomenología del Espíoritu. México D, F,: Fondo de Cultura Económica.


LA FILOSOFÍA COMO HERRAMIENTA DEL HOMBRE PARA LLEGAR A LA VERDAD

Por: Andrés Ricardo Díaz Abril


 “Todos los hombres tienen, por naturaleza, el deseo de saber” (Aristóteles, 1985, pág. 27). Es de esta manera como Aristóteles empieza su escrito. Si el hombre desea saber, necesita de un método para lograrlo, pero ese método necesita ser parte de una ciencia, una ciencia que permaneció, permanece y permanecerá hasta que el hombre pierda el deseo de saber. Dicha ciencia es la filosofía, ciencia de la verdad; si el hombre tiene el deseo de saber, es porque desea llegar a la verdad.
Así, el ser humano, a diferencia de los demás animales, posee la razón, esta lo impulsa a querer conocer el porqué de las cosas; y el primer paso para conocer es por medio de la experiencia y ésta, a la vez, es dada gracias a la memoria. Es por la experiencia que la ciencia y al arte llegan al hombre (Aristóteles, 1985, pág. 27), “la experiencia es el conocimiento de las cosas individuales, y el arte, de las cosas generales” (Aristóteles, 1985, pág. 28).
Con lo anterior, se debe conocer y tomar en cuenta lo general como lo particular, la teoría y la práctica, la materia y la forma, algo que en Platón no se podía concebir. Sin embargo, ninguna de las acciones sensibles constituye el verdadero saber. La filosofía, en cambio, es “el estudio de las primeras causas y los principios de los seres” (Aristóteles, 1985, pág. 29 ),  estudia el origen y el sentido del ser. 
La filosofía es poseedora de la totalidad del saber pero sin tener la ciencia de cada objeto; llega conocer las cosas arduas y todas aquellas a las cuales no se llegan sin grandes dificultades (Aristóteles, 1985, págs. 30 - 31). La filosofía tiene su propio fin, el cual es el saber; la filosofía es la ciencia del conocimiento por excelencia, que está construido por los principios y las causas.
Por eso, La filosofía conoce el fin de todas las cosas, el cual es el bien soberano en el conjunto de la naturaleza. Es así, que se llega a una primera definición de filosofía: “es la ciencia teórica de los primeros principios y de las primeras causas. Pues el fin es una de esas causas, tiene su propio fin, es una ciencia libre” (Aristóteles, 1985, pág. 32).
Al ser una ciencia libre, la filosofía busca la verdad, verdad que es fácil en un sentido y difícil en el otro. Nadie puede alcanzar completamente la verdad, ni estar falto de ella de manera absoluta. Es la filosofía la ciencia de la verdad, ella utiliza la especulación, cuyo fin es llegar a la verdad. (Aristóteles, 1985, pág. 64), la verdad es la causa de todo y lo causado es verdad por excelencia.
Si la filosofía es la ciencia de la verdad, y la verdad es la causa de todo, la filosofía, o filosofía primera (más adelante llamada metafísica) es la ciencia del ser en cuanto ser; ciencia de la sustancia, de la unidad y de la pluralidad. Es por eso que Aristóteles afirma que: “el ser se entiende de muchas maneras” (Aristóteles, 1985, pág. 95), pero siempre se refiere a un mismo término, a una misma naturaleza. Al conocer al ser se es capaz de establecer los principios más ciertos de todas las cosas.
A pesar de todo eso, surge una gran duda, la cuales: ¿en la actualidad el hombre posee, por naturaleza, el deseo de saber? Por un lado, el ser humano no desea conocer lo trascendental de su ser. Vivimos en una época en donde no es importante saber, especular, no es importante la esencia de las cosas. Sin embargo, por otro lado, cada hombre posee una esperanza que lo lleva a moverse y seguir en este mundo para llegar a su finalidad, a conocer su esencia, su ser, conocer su identidad y ser lo que es.
Es así, para terminar, el hombre deseaba, desea y siempre va a desear el saber, por naturaleza, el hombre quiere llegar a la verdad, y la ciencia de la verdad es la filosofía, la ciencia del ser en cuanto ser, la ciencia de los principios y las causas de las cosas. El ser humano busca el sentido y su fin y solamente la filosofía le da el verdadero sentido a la vida.

Bibliografía

Aristóteles. (1985). Metafísica. (R. Blánquez Augier, & J. F. Torres Samsó, Trads.) Mdrid: SARPE S. A.
Guthrie, W. K. (2005). Dos filósofos griegos. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Reale, G. (2005). GUÍA DE LECTURA DE LA "METAFÍSICA" DE ARISTÓTELES. Barcelona: Herder.


EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE Y LA MISIÓN DEL FILÓSOFO EN PLATÓN


En el Fedón o del alma se trabaja acerca del tema de la muerte, una muerte cuya primera definición es la separación del alma y del cuerpo, pero va a ir más allá de esta definición tan general. Se puede notar que el concepto que Platón posee de la muerte es un concepto bueno, algo que para la mayoría de los hombres no lo es.
Pero, ¿en qué consiste ese buen y bello significado de la muerte que Platón manifiesta? Consiste en “trabajar toda la vida en adquirir la virtud y la sabiduría, porque el precio es magnífico y la esperanza grande” (Platón, 1998, pág. 429). Al cumplir esta meta, estar muerto será el mejor premio y la esperanza es reunirse con hombres justos.
Sin embargo, ¿Cómo llega Platón a dicha definición? Pues para llegar a esta conclusión es necesario, primero que todo, despejar algunas dudas, las cuales son:
1. ¿Cómo es que no se permite atentar contra la propia vida, pero sí el filósofo debe seguir a cualquiera que muera? En primer lugar, el vivir es para todos los hombres una necesidad absoluta e invariable. Sócrates plantea un ejemplo para explicar su postura (Platón, 1998, pág. 390) cuya conclusión es “los dioses tienen cuidado de nosotros y los hombres pertenecen a los dioses. Por ende Dios debe enviarnos una orden para morir” (Platón, 1998, pág. 390).
2. ¿Por qué razón los filósofos trabajan toda su vida para prepararse para la muerte? Hay que partir del punto de que, como ya se dijo antes, la muerte es algo y ese algo es la separación del alma del cuerpo; y el filósofo debe tener cuidado con el alma y no con el cuerpo y por ende, lo que más quiere en esta vida “es alejarse de los placeres del cuerpo” (Platón, 1998, pág. 392),. Por eso, lo propio del filósofo es desprender su alma del comercio del cuerpo.
Es de esta forma como se llega a la idea de que el alma debe tener todo el cuidado necesario del sabio, pero ¿qué busca el alma? El alma busca la verdad y es capaz de encontrarla cuando no se deja engañar del cuerpo; el cuerpo la engaña por medio de los sentidos y la conduce hacia el error. Para que el alma descubra la verdad necesita de la razón, y la mejor forma de razonar es cuando no se utilizan los sentidos. Es por eso que cuando se habla de la justicia, lo bello y/o lo bueno no se ve nunca.
Así, sólo por la razón, que tranquiliza el alma. Se conoce la esencia de las cosas. Mas ¿por qué hay que tranquilizar el alma? Se conocen los objetos cuando se dejan a un lado los sentidos, que pertenecen al cuerpo, que lo único que hace es turbar el alma e impide que encuentre la verdad. Mientras el alma esté sujetada a la corrupción del cuerpo, el filósofo no podrá alcanzar su mayor dese, el cual es la verdad.
Empero, ¿por qué el cuerpo no nos lleva a la sabiduría? El cuerpo posee unas necesidades y unas pasiones que hacen que surjan las guerras, las seducciones y los combates (Platón, 1998). Esto hace que no se pueda filosofar, es por eso que si se quiere saber verdaderamente alguna cosa, es preciso que el alma abandone el cuerpo y que ella, por sí sola, examine los objetos que quiere conocer. Por consiguiente, hasta que el alma sea libre de esta carga, que es el cuerpo, no se llegará a la verdad.
No obstante, ¿en qué consiste la verdad? Consiste en “conocer… la esencia pura de las cosas, y para alcanzar esa pureza se debe ser puro” (Platón, 1998, pág. 401). Es en esto, lo expuesto anteriormente, que consiste el significado de la muerte y la misión del filósofo.
Entonces, el verdadero filósofo es aquel que sabe y confía que la sabiduría pura se encuentra después de morir (cuando se separe el alma del cuerpo).el filósofo ama su alma, y al amarla adquiere la virtud de la templanza, la cual consiste en no ser esclavo de sus deseos, sino en hacerse superior a ellos y en vivir con moderación (Platón, 1998). Pero, la virtud no es verdadera sino con la sabiduría.
Dicha afirmación trae como consecuencia que la verdadera virtud es la purificación de todas las pasiones. Lastimosamente aunque el sabio comparta esto, la gente no lo escucha ni lo entiende.
Para terminar, la concepción de muerte, unida con la sabiduría, el conocimiento, la purificación del alma y la virtud, le brinda una esperanza al hombre común, que piensa que al morir el cuerpo, el alma desaparece. Sin embargo, existen ciertos puntos de dicha teoría que deben ser explicados con argumentos sólidos. La vida y la muerte son contrarios, pero una nace de la otra y posee una operación intermedia que hace posible el paso de una a la otra: “al nacer se muere y al morir se vive, los vivos nacen de los muertos y los muertos de los vivos” (Platón, 1998), es decir, revivir.
Por ende, “las almas de los muertos existen en alguna parte de donde vuelven a la vida” (Platón, 1998, pág. 418). Al afirmar esto, cabe la posibilidad de que el conocimiento sea una reminiscencia[1], hemos aprendido de otro tiempo y las hemos recordado, por eso nuestra alma es inmortal.
En fin, se debe recurrir a la razón para buscar en ella la verdad de todas las cosas. El objeto es bello por la presencia o comunicación con la belleza primitiva. Es de esta manera que se afirma que las cosas bellas son bellas a causa de la presencia de lo bello. Por eso, el alma hace que el cuerpo esté vivo, el alma lleva consigo la vida, lo contrario a la vida es la muerte y el alma es inmortal. Cuando la muerte llega al hombre, lo que hay en él de mortal (el cuerpo) muere; y lo que hay de inmortal (alma) en él se retira, cediéndole su puesto a la muerte (Reale & Antíceri, 2008).
Es por eso que se termina con la frase que se empezó este escrito: “se debe trabajar toda la vida en adquirir la virtud y la sabiduría, porque el precio es magnífico y la esperanza grande” (Platón, 1998, pág. 429).

Por: Andrés Ricardo Díaz Abril
Lic. en Filosofía e Historia
U. G. C.

Bibliografía

Grondin, J. (2004). Introducción a la Metafísica (cuarta ed.). Barcelona: Herder.
Platón. (1998). Dialogos: Fedón o del Alma. México D. F.: Porrúa.
Reale, G., & Antíceri, D. (2008). Historia de la Filosofía Tomo I. Bogotá D. C.: Paulinas - UPN.




[1]  En el diálogo "Fedón", y con ocasión del estudio de la virtud, Platón presenta la teoría de la reminiscencia ―o anamnesia―. Esta teoría se resume en la idea de que conocer es recordar. Seguramente Platón no defendía este punto de vista respecto de los conocimientos particulares como los relativos a hechos concretos (por ejemplo, el conocimiento perceptivo del tipo "mi mesa es negra") sino respecto de los conocimientos estrictos dotados de universalidad y necesidad, conocimientos como los matemáticos y los que pueda descubrir la dialéctica.