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sábado, 16 de noviembre de 2013
La Educación en la Edad Media
Leyendo el capítulo 7 del libro “civilización” de Roger Osborn, titulado: “Otra Forma de Vivir”, me llamó mucho la atención la educación en la edad media, ya que en dicha época empiezan a surgir muchos métodos de educación, que en el día de hoy se siguen utilizando; también me llama mucho la atención la concentración de la educación en la teología.
La educación en la edad media empieza con el periodo llamado “alta edad media”, que va desde el siglo VI al XII d. C., en esta etapa de esta gran época se originan las universidades. Según el texto, el significado de “educación” es muy distinto al que se tiene hoy en día, ya que para ellos, el significado de esta palabra significaba prepararse a ser monje o preparase en la administración feudal, donde los alumnos ya no eran novicios, sino seminaristas. Investigando, se nota la iniciativa de la Iglesia para reorganizar los temas de cultura y escuela. La iglesia tiene una doble estructura, viviendo en parte en medio de la gente en los obispados y rectorías (clero secular) y en parte alejada de la gente en los cenobios (clero regular); en estas dos estructuras eclesiales debemos buscar los primeros testimonios del surgimiento de nuevas iniciativas de educación cristiana, junto a las islas sobrevivientes de romanidad clásica.
Con la oración: ‘vayan y enseñen a todas las gentes’ genera una nueva forma de pensar: todos deben ser al menos instruidos a través de un proceso institucionalizado, estando abierto para cualquiera el acceso a aquella corporación de maestros que es precisamente el clero. En este pensamiento se puede ver una iniciativa de la Iglesia por una campaña de antidiscriminación, todos tienen ese derecho de aprender.
En esta parte de la edad media, estamos hablando del año 527 d.C., el papa Gelasio constata la ignorancia del clero en la etapa anterior (la patrística). El Concilio de Toledo del año 527 decide que: “los niños destinados, por voluntad de los padres, desde la infancia al sacerdocio, deben ser instruidos en la casa de la iglesia”; y el concilio de Vaison en Francia en el 529 establece que: “todos los sacerdotes que están establecidos en las parroquias, siguiendo la costumbre de Italia, acepten en su propia casa lectores más jóvenes, e intenten, alimentándolos espiritualmente como buenos padres, enseñarle los salmos, habituarlos a las divinas lecturas e instruirlos en la ley del Señor, de modo que se provean a sí mismos de buenos sucesores y puedan recibir del Señor premios eternos”. Esto hizo que al llegar el muchacho a los 18 años escogiere entre el matrimonio o el sacerdocio.
Frente a la edad adulta la infantil se presenta como incapacidad de entender; por eso no se les puede persuadir sino con golpes. Igual que la mujer, el niño es un ser imperfecto en relación al hombre, nos advierte San Cesáreo: “Hombre es palabra que deriva de virtud y mujer de molicie, o sea de fragilidad”.
Al constituirse las escuelas cristianas, surge una polémica contra la cultura clásica, logrando una desaparición temporal de la misma (‘un eclesiástico no debe leer los libros de los gentiles; lea los de los heréticos sólo por exigencias de los tiempos’); se crea el “Trivium” y el “Quadrivium” que son los pasos de estudio para llegar a ser culto, la gramática era constante, a veces se incluía la lógica, reemplazando a la dialéctica o la retórica, seguramente bajo la influencia de los enfrentamientos que surgieron entre dialécticos y retóricos desde la época de los griegos.
Después de haber dado un brochazo acerca de la educación en la edad media, pudo llegar a la conclusión de que en esta época los que se interesaban por la educación era la Iglesia, la cual se centraba en la teología, y en la formación de sacerdotes y monjes. Se nota la preocupación del Papa por que sus sacerdotes sean cultos y doctos; se ve un compromiso por los sacramentos, especialmente por los del matrimonio y el de la orden sacerdotal. La madurez de un hombre empieza desde los 18 años, algo que en la edad antigua era después de los 40.
Se puede percibir el esfuerzo por inculturizar la religión y por desaparecer la cultura clásica. Ese interés de estudio por parte de la Iglesia, lo veo como una necesidad de mantener el status que poseían y para aconsejar muy bien a los reyes, ya que en esta época el gobierno le pedía su opinión a la Iglesia, gracias a esa iniciativa se puede decir que por eso los seminarios son como son, organizados y educando a los futuros sacerdote, los cuales tendrán que aconsejar a la gente de la comunidad que lo pongan a cargo.
Por: Andrés Ricardo Díaz Abril
Lic. Filosofía e Historia
U. G. C.
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