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domingo, 21 de diciembre de 2014

KANT Y LA VIGENCIA DE SU ESTÉTICA TRASCENDENTAL EN LA FÍSICA

Kant, en su estética trascendental define el concepto de intuición, que para el filósofo es “el modo por medio del cual el conocimiento se refiere inmediatamente a dichos objetos y  es aquello a que apunta todo pensamiento en cuanto medio” (Kant, 2005, p. 42); y define la sensibilidad como la capacidad de recoger representaciones. Con estas definiciones quiere afirmar que si se quiere conocer un objeto, todo pensamiento que existe en el hombre debe referirse a una intuición y a una sensibilidad. Así, surge la explicación de cómo surge lo empírico: “la intuición que se refiere al objeto por medio de una sensación” (Kant, 2005, p. 42).
Por otro lado, define a la estética trascendental como “la ciencia de todos los principios de la sensibilidad a priori” (Kant, 2005, p. 43). Con esta ciencia lo primero que se quiere es aislar la sensibilidad para quedarse con la intuición empírica, para que después se pueda apartar esta intuición de todo lo que es sensación, llegando a la intuición pura. Pero para llegar a todo esto se debe exponer el espacio y el tiempo, que son las dos formas puras de la intuición sensible (Kant, 2005).
Así pues, espacio y tiempo se exponen en este libro de manera metafísica y de manera trascendental. De la primera forma porque “nos muestra el concepto en cuanto dado a priori”; y lo segundo porque se quiere explicar los conceptos “como principio a partir del cual  puede entenderse la posibilidad de otros conocimientos sintéticos a priori” (Kant, 2005, p. 44).
 Empezando con la exposición metafísica del espacio lo define como la base de todos los objetos que existen, representando por él de una manera a priori, es la condición de posibilidad de los fenómenos y es el fundamento a priori para los fenómenos externos. El espacio es “intuición pura” que es esencialmente uno, cuyo concepto tiene como base la intuición a priori. Finaliza esta primera exposición del espacio afirmando que el espacio “se representa como una magnitud dada infinita.” (Kant, 2005, p. 45), esto quiere decir que todas sus partes se entienden infinitamente.
La exposición trascendental del espacio empieza con una pregunta: “¿cuál ha de ser, pues, la representación del espacio para que sea posible semejante conocimiento del mismo?” (Kant, 2005, p. 46). A la cual se responde que debe ser una intuición que sólo se halla en el sujeto previamente al encuentro con el objeto, es decir, debe ser una intuición pura, en el sentido de que no tenga ningún rastro de experiencia. Para que esto suceda se debe reconocer que el sujeto es quien hace comprensible la posibilidad de un conocimiento sintético a priori.
De estas dos exposiciones se saca como conclusión que el espacio es la forma de todos los fenómenos externos que solo se puede hablar de esto desde el punto de vista del hombre. Es una condición necesaria, ya que todos los hombres llevan una intuición pura (interna) que se llama espacio. Aunque hay que aclarar que el espacio no deja ver las cosas en sí, sino que todas las cosas que expone son las cosas exteriores. Esta exposición quiere demostrar la realidad del espacio en trato con todo lo que represente un objeto y  también quiere establecer la idealidad del espacia en relación con las cosas en sí mismas por  medio de la razón.
Lo anteriormente expuesto revela la postura de Kant frente a esta dicotomía entre una concepción relacional y absoluto del espacio, apoyando la concepción absoluta, ya que este es una intuición interna del hombre, ninguna experiencia lo da, sino que toda la experiencia lo supone; es necesario para entender el fenómeno, se deduce o requiere de las verdades apodícticas (innegables) de la geometría y la física y posee una continuidad, una universalidad e infinitud.
Hay que aclarar que, para Kant, sólo se puede conocer el fenómeno, lo que se manifiesta por los sentidos y que afecta la conciencia (el yo). Para el autor, existen representaciones en el entendimiento del ser humano que poseen una forma a priori que generan una adecuación de las representaciones con la forma del entendimiento, esta forma a priori permite conocer.
No obstante, al hablar de las representaciones y de la forma a priori del entendimiento que posee el sujeto, puede existir una relación dada entre la forma del entendimiento y el fenómeno. No se habla de una relación entre los objetos que están en el espacio para entenderlos, pero sí de una representación y entendimiento desde la forma a priori del entendimiento del sujeto.
Así, lo que se afirma en el párrafo anterior refleja una idea que ayudará a responder a la segunda parte de la pregunta: la vigencia de la postura de Kant en los paradigmas contemporáneos de la física y de la medicina.
 La Estética Trascendental es el conocimiento que se capta con los sentidos, sean estas internas o externas, están en el Tiempo y el Espacio. El espacio es para Kant una intuición pura del exterior, el tiempo, es una intuición pura del interior de cada hombre.
Antes de tener la percepción de las cosas externas por medio de los sentidos, se intuyen en el espacio. Y antes de tener la percepción de las emociones interiores de la subjetividad, se intuye que ellas son sólo posibles en el “tiempo”. En otras palabras, tanto el espacio como el tiempo son subjetivas e ideales y son las condiciones para que las cosas externas existan (en el espacio) y los estados emocionales variables se den en el interior del hombre (en el tiempo).
El pensamiento de Kant influyó mucho en las concepciones físicas de Albert Einstein. La Teoría General y Específica de la Relatividad están animadas por el idealismo trascendental del filósofo de Konisberg. Lo importante ahora no sería saber lo que son las cosas, sino cómo nos las representamos en nuestra inteligencia. A esto se le llamo la “Revolución Copernicana” del pensamiento.


Por: Andrés Ricardo Díaz Abril
Lic. en Filosofía e Historia
U. G. C.