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martes, 1 de diciembre de 2015

FAMILIARIDAD E INNOVACIÓN DE LA FILOSOFÍA DE HEGEL

Por: Andrés Ricardo Díaz Abril

Al hablar de Idealismo Alemán nos encontramos con un concepto extremadamente amplio, que la mayoría de las personas que la distinguen suelen reducirla a la filosofía o pensamiento expuesto por Hegel. Dicha corriente filosófica la enriquecen varios autores. No obstante, ¿Qué es lo diferente en el pensamiento o en el aporte que Hegel hace a la filosofía?
Cada filósofo que aparece o surge a través del tiempo, enriquece y aporta a las características de la filosofía. Como en forma de introducción al tema, se puede afirmar que Hegel basa su filosofía en los problemas concretos con que se enfrentó en su tiempo. Como todos los filósofos idealistas de la época, va a poner como base del conocimiento o de la ciencia al “yo”, o mejor, al “ego”. No obstante, ¿cómo diferenciar el sistema que propone Hegel de los demás idealistas?
Para tratar de darle una posible respuesta a este interrogante, en primer lugar se debe dar una definición de lo que se entiende por idealismo, especialmente por “idealismo alemán”, luego exponiendo los conceptos transversales o que tienen en común estos filósofos, para llegar a exponer sus diferencias y terminar con el desarrollo del sistema planteado por Hegel.
Así, a diferencia del realismo que expone la existencia de las cosas, que son y tienen esencia (García Morente, 2005), el idealismo  expone un punto de vista exigente para las actitudes ingenuas del ser humano. La idea se concibe como contenido de la mente; esta corriente filosófica pone en duda todo lo que en el mundo se percibe, en donde el fundamento del conocimiento no está en la cosa (objeto) sino en el sujeto, en este caso el “ego”, este es la garantía de una filosofía del pensar.
El idealismo alemán se caracteriza por darse cuenta que para llegar al conocimiento se necesita de la experiencia y la razón, aunque prevalece la razón. Al mismo tiempo que surge como intento de superar el pensamiento crítico Kantiano, sobre todo en la Crítica de la Razón Pura. Para el idealismo sólo existe el sujeto, su actividad y el conocimiento que adquiere de sí mismo. El sujeto determina la forma y el contenido del conocimiento: todo lo que es real, es racional y al mismo tiempo cognoscible (BELAVAL, 2005).
Por lo tanto, es el idealismo absoluto la afirmación según la cual el sujeto es fuente de sí mismo y del mundo; conoce la totalidad de lo real. Al mismo tiempo, al absoluto de Schelling, Hegel lo sustituye con la realidad fundamental, el espíritu o la idea; para este filósofo la realidad es la realización de toda la historia humana, es decir,la razón se apropia de toda la realidad, ya que aquella, la razón, se realiza en la historia. Cree que la realidad es inteligible, que en un sentido se va manifestando en los acontecimientos y que la historia humana progresa hacia un fin, ese fin consiste en que el espíritu se realice libremente. Es de esto que surge el “idealismo” de Hegel, que consiste en la fe en el espíritu.
Por otro lado, en desarrollo de esta corriente filosófica que es el idealismo, se evidencian varios significados del mismo concepto que relaciona a cada autor o que los diferencia. Este  es el sujeto o el ego, es el fundamento de todas las cosas: es la base o la estructura para construir el conocimiento.
El Sujeto, en Descartes, es un yo pensante, es decir, si todo conocimiento es básicamente la relación entre un sujeto y un objeto, y si para conocer un objeto se necesita un sujeto capaz de conocerlo, es preciso partir de la base de la existencia de un sujeto, Este ego tiene pensamientos o contenidos y posee una certeza sobre ello, pero debe preguntarse si sus contenidos son o no legítimos. Por lo tanto, el Sujeto es la estructura y/o cimientos para construir el conocimiento. Esta idea hace que el sujeto sea una cosa que piensa (res cogitans)  y a partir de ahí se podrá conocer todo lo demás; debe ser consciente de que existe un mundo extramental.
Más adelante, Kant define al Sujeto como un sujeto trascendental o comunicacional, ello significa que le da forma a la realidad que quiere que el mundo vea, en otras palabras: el Sujeto constituye la realidad, le da forma y nos la entrega. Es el Sujeto trascendental de Kant quien pone las condiciones de posibilidad para conocer lo que percibe del objeto. No obstante, para este filósofo, el Sujeto no alcanza a conocer a la cosa en sí (noúmeno): lo que no aparece dentro de la conciencia del Sujeto, sólo puede conocer lo que se le presenta del objeto, de la cosa en sí por medio de sus sentidos, lo que Kant llamará el Fenómeno. Dicha afirmación concluye que el conocimiento no depende simple y solamente del Sujeto, sino tanto Sujeto y objeto se correlacionan; existe una relación indisoluble entre el Sujeto y el fenómeno. de lo anterior se encarga la filosofía. Pero, ¿Qué pasa con la cosa en sí (el noúmeno)? De este se encarga la Metafísica: de lo que no se es posible conocer por medio de la Razón pura.
Luego de exponer el Sujeto Pensante de Descartes y el Sujeto Trascendental de Kant, se debe pasar al centro de este escrito: la filosofía de Hegel: su familiaridad y su innovación frente a los anteriores pensadores idealistas. Para ello se debe hablar de la definición del concepto que es transversal en este escrito: del Sujeto. Para Hegel, este es un Sujeto Histórico. Para entender esta afirmación de este filósofo es necesario explicar su pensamiento.
El objetivo principal de Hegel es “contribuir a que la filosofía se aproxime a la forma de la ciencia” (Hegel, G. W. F., 1971), es decir, de ser la filosofía el fundamento de las ciencias, Hegel pretende convertirla en la ciencia misma. Para conseguir llegar a dicho objetivo se necesita de un Sujeto que trascienda la individualidad y sea capaz de adquirir el conocimiento universal, esto sólo se logra gracias al cambio histórico, sólo de esa forma se es capaz de llegar a alcanzar la RAZÓN, el todo. Es a través de la historia humana se va haciendo la verdad, ya que esta no está dada, depende de una época y no de un individuo. Por lo tanto Hegel concibe la Verdad como dándose en la historia, necesita de la historia para que sea posible.
Es por eso que surge una conciencia de la época, los cambios en la historia son diacrónicos, deben encajar y por lo tanto al expresarse la verdad se expresa el movimiento de la libertad. Dicho movimiento es una Dialéctica definida como progreso histórico: La historia es un desarrollo permanente, y este es un desarrollo dialéctico que se da por medio de afirmaciones, negaciones y superaciones de las negaciones para llegar a una CONCILIACIÓN (BELAVAL, 2005).
Gracias a lo expuesto en el párrafo anterior, se puede concebir a la historia  como el desarrollo autoconsciente de Espíritu Absoluto representado por el sujeto, en la medida que se va dando forma a través de la historia. El Espíritu Absoluto se hace presente gracias al hombre que se encuentra haciendo su historia, logrando que la RAZÓN se apropie de toda la realidad, porque la realidad es la realización de la historia humana, o sea, el hombre (Sujeto) es lo que hace (la Historia) y con ésta desea encontrar su libertad (la del Sujeto) y el de su pensamiento.
Esto se puede resumir en lo que Hegel afirma: “Todo lo real es racional, y todo lo racional es real” (HEGEL, 1993, pág. 54). Toda la realidad es la expresión de la razón que se desarrolla, que se constituye a lo largo de esa realidad. La razón se realiza en la historia; la razón es real, no es subjetividad, es historia y ésta es racional.
Para terminar, Hegel hace que la filosofía ya no sea un sistema de esencias y de verdades eternas, sino que la convierte también en la historia comprendida, pone como etapa final de la filosofía la verdad. Se encuentra en la unión del movimiento lógico de las esencias y del devenir histórico. Por estos dos caminos la idea y el espíritu se han realizado en su verdad.

Trabajos citados

BELAVAL, Y. (2005). Historia de la Filosofía siglo XXI N. 07: "la filosofía alemana de Leibniz a Hegel". México D. F. : Siglo XXI Editores.
García Morente, M. (2005). Lecciones preliminares de Dilosofía. Bogotá D. C. : Ediciones Universales.
HEGEL, G. (1993). Filosofía del Derecho. Buenos Aires: Claridad.
Hegel, G. W. F. (1971). Fenomenología del Espíoritu. México D, F,: Fondo de Cultura Económica.


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