Se
empieza hablando de filosofía de la historia, como tal, desde el siglo XVIII
con ciertas características, como el devenir de lo material, la revelación de
las especies y el progreso del ser. Todo esto durante la Revolución Francesa y
la Ilustración.
Kant y las luces:
Empieza
con una reflexión ética sobre las luces y la teleología tradicional cristiana,
llegando a la conclusión de que lo bueno es hecho por Dios y lo malo por el
hombre. Este filósofo toma a la historia como algo real de una manera empírica.
Para
Kant, la historia está compuesta por una acumulación de hechos que llevan al
hombre a la finalidad; claro está, el hombre no es un ser plenamente libre, ya
que es la naturaleza la que postula una idea para el hombre, es decir, el
hombre crea, por medio de la naturaleza, su fin. No obstante, los hechos o
acontecimiento no siempre son positivos, en ocasiones son negativos, pero ello
no siempre es malo, ya que puede llegar a un progreso, porque lo difícil para
el hombre genera algo grande.
Es
por eso que el filósofo no toma la idea del historiador, sino que debe darle un
sentido a la historia. Dicho sentido Kant se lo da con el hecho de la
predestinación de los actos humanos, que son dados por la naturaleza, para
llegar a un fin. Este fin hace que el hombre, en un primer momento, crea que va
en un progreso constante; sin embargo, Kant, viendo el contexto histórico en el
que vive, refuta esta afirmación: el movimiento hecho por el hombre en la
historia no siempre va hacia un progreso, sino también en un retroceso en su
desarrollo.
Hegel y la Dialéctica:
Postula
una triada compuesta por la lógica (intelectual), la filosofía de la naturaleza
y la filosofía del espíritu. Esta última ayuda a la historia, es decir, la
filosofía de la historia es simplemente una reflexión; la historia universal,
por medio de la filosofía del espíritu, se hace. Por ende, existe una relación
entre la razón y el mundo, afirma Hegel: “todo lo racional es real y todo lo
real es racional”. Con base a la historia, Hegel postula que este mundo es “el
mejor de los mundos posibles”, ya que es pensado y porque está en la razón es
real.
Así,
la historia del mundo es un movimiento para que el espíritu absoluto actúe
sobre él, y tome posesión de la realidad. La historia posee un fin, un objetivo
gracias a la evolución del espíritu. Este movimiento generado por el espíritu
absoluto, que es la autoconciencia del ser que piensa, hace que se conozca la
naturaleza como algo monótono, la naturaleza es cíclica, y al no haber nada
nuevo, es la razón la que cambia y lleva al progreso. En este progreso
dialéctico, se nota el tiempo como algo ininteligible, el movimiento dialéctico
es una operación ternaria, es u movimiento que se da de un ser inconsciente a
un ser consciente, generando un cambio.
Pero,
¿en qué consiste este progreso dialéctico? En la Fenomenología del espíritu,
libro escrito por Hegel en 1807, explica su dialéctica especulativa, su triada,
con un gran ejemplo, el cual es: “la dialéctica del amo y el esclavo”. En primer lugar, para Hegel, la historia
comienza cuando se enfrentan dos deseos, dos conciencias dseantes. Hay que
aclarar que el deseo humano desea deseos, es decir, el hombre desea que el otro
lo reconozca y se someta a él. La conciencia es deseo. Se establece, entonces,
el enfrentamiento, una lucha a muerte, que tiene una resolución, la cual surge
porque alguno de estos dos hombres, que desean que el otro lo reconozca, tiene
miedo a morir, y su miedo a morir es más fuerte que su deseo de reconocimiento.
Es
por este temor a morir que la lucha se termina y el que su deseo de ser
reconocido es más fuerte que su miedo a la muerte se convierte en el amo, y el
que su temor es más fuerte que su deseo se convierte en el esclavo, el cual se
somete al amo. Es así que se compone el inicio de la historia humana, en el
desarrollo o conformación de las figuras del amo y del esclavo.
No
obstante, el amo queda en total insatisfacción, ya que el hombre que lo está
reconociendo, ya no es un ser plenamente autónomo, es ahora un esclavo. Este
esclavo trabaja para el amo, en cambio el amo queda confinado a la pasividad,
al ocio y al goce; el amo recibe lo que el esclavo le da y se transforma en un
ser ocioso, en un ser pasivo. El esclavo, por lo contrarios, trabaja para el
amo y l trabajar para el amo, el esclavo empieza a trabajar la materia, y al
trabajar la materia el amo empieza a construir la cultura. Porque la cultura es
el trabajo que el hombre ejerce sobre la naturaleza, sobre la materia; el
hombre, en pocas palabras, transforma la naturaleza. Entonces, la historia
humana pasa por las manos del esclavo, que con su trabajo construye la cultura,
ya que conoce que posee una relación con la naturaleza y eso lo convierte enun
ser más humano que el amo.
Es
en esta dialéctica del amo y del esclavo en donde se muestra la dialéctica
especulativa de Hegel en la historia, el movimiento dado por el espíritu
absoluto para generar progreso. En una primera parte (tesis), se encuentran dos
conciencias enfrentadas, en un segundo momento (antítesis), una se somete a la
otra porque es más fuerte su miedo a morir que su deseo de ser reconocido y se
establecen las figuras del amo y del esclavo. Y la tercera (síntesis), que es e
reconocimiento del esclavo como el generador de la cultura, es decir de la
historia humana. De todo esto se trata la historia según Hegel: de una
afirmación, de la negación de esa afirmación y de la negación de la negación,
pasando a unn momento en donde se concilian los contrarios en una síntesis; y
ese movimiento del espíritu se repite en todo el transcurso de la historia.
Augusto Comte y el
Positivismo:
Es
considerado como el padre y creador de la sociología. Plantea la ley de los
tres estadios, que se compone, en un primer lugar, de un estadio teológico, que
es un momento ficticio, dado en la edad media, en donde los principios y
finales son afectados por principios sobrenaturales.
El
segundo estadio es el metafísico, dado en el Renacimiento, es un estadio
abstracto; es una modificación del primer estadio, ya que personifica estos
agentes. El tercer y último estadio es el científico positivista, el estadio
pleno del ser humano, que compone leyes efectivas con explicaciones reales, por
el método científico, de la experimentación, que llevan al progreso del ser
humano, un progreso guiado por la técnica y la industria. Sin embargo, para que
exista un progreso en el hombre, este debe pasar por los tres estadios.
Por: Andrés R. Díaz Abril
Lic. en Filosofía e Historia